Mallo Italma es una
empresa gallega especializada en la fabricación de máquinas destinadas al
tratamiento de la madera. Desde hace algo menos de un año está completamente
centrada en su internacionalización y el momento de situar sus productos en el
extranjero está cada vez más cerca.
Foto de practicalteam.com |
Esto se debe, según
cuenta uno de sus directivos, José Mallo Pardellas, a su “decisión y
convicción”, sin las cuales, “más valdría quedarse en casa”. Desde Xedega
suscribimos la importancia de esta afirmación, que, unida a haber tomado la
decisión de salir al exterior en el momento apropiado, podría significar la
salvación de la compañía de O Porriño: “Realmente, la inquietud llegó cuando
nuestro sector sufrió un gran bajón que nos planteó la posibilidad de buscar en
el extranjero el porcentaje de mercado que perdíamos aquí”.
Con todo, asume que no
fue una decisión tomada únicamente por la previsión, sino también por la
necesidad: “era una mala época en el sector y nos dimos cuenta de que es bueno
prever a largo plazo para no pasar grandes necesidades, ni en el presente ni en
el futuro”. Desde ese mismo momento, toda la dirección de Mallo Italma lo tuvo
claro y “nos informamos a través de
la Cámara de Comercio sobre países que están experimentando un gran desarrollo y que, al mismo tiempo, garantizaran un mínimo de seguridad para poder realizar negocios”, lo que los condujo a sus primeros acercamientos hacia países de Sudamérica o África, pues “tienen una gran riqueza en materias primas y gran parte de sus infraestructuras por desarrollar”. Además, aunque es cierto que no es fácil conseguirlo, la empresa gallega tuvo el acierto de dar con los mismos desde las fases iniciales, con lo que el proceso está resultando directo y bien planeado.
la Cámara de Comercio sobre países que están experimentando un gran desarrollo y que, al mismo tiempo, garantizaran un mínimo de seguridad para poder realizar negocios”, lo que los condujo a sus primeros acercamientos hacia países de Sudamérica o África, pues “tienen una gran riqueza en materias primas y gran parte de sus infraestructuras por desarrollar”. Además, aunque es cierto que no es fácil conseguirlo, la empresa gallega tuvo el acierto de dar con los mismos desde las fases iniciales, con lo que el proceso está resultando directo y bien planeado.
Es un hecho que, a su
vez, se puede atribuir a los esfuerzos de Mallo Italma por explorar los países que
se ciñeran a sus planteamientos y por dejarse aconsejar por las gestiones de la
Cámara de Comercio, que va desde viajes de prospección a la toma de contactos
con futuros clientes en las ferias comerciales. Debido a la complejidad de este
proceso, la empresa decidió contar también con la ayuda del Departamento de
Internacionalización y Comercio Exterior de Xedega para obtener toda la
información necesaria acerca de la legislación que les afecta, los medios de
cobro más oportunos, las condiciones de intercambios comerciales entre Europa y
Sudamérica o la documentación requerida.
Con unos contactos estables y los
primeros encargos sobre la mesa, José Mallo apunta, con lo que ya se intuye
como la voz de la experiencia, cuáles son las últimas dificultades que superar:
“El llegar al país extranjero y comenzar de cero a conseguir un nombre; siempre
tienen la duda de cuáles son nuestras intenciones“.
Por fortuna, nada que el trabajo y el saber hacer pueden superar.